sábado, 5 de septiembre de 2015

El humor de las cosas: la parodia y la sátira

Buenas noches amigos y lectores, hoy traigo algo que me ha llegado un poco por casualidad a la mente. Hoy voy a hablaros de formas de hacer humor, de variedades que van más allá del humor y como se mezclan dos elementos que se confunden a menudo.

Os vengo a hablar de la sátira y de la parodia. Creo que para muchos, tal vez por exceso de uso de uno para hacer el otro, se confunden. La parodia (definición de la RAE) es una "imitación burlesca", mientras que la sátira (también según la RAE), es una "composición poética u otro escrito cuyo objeto es censurar acremente o poner en ridículo a alguien o algo" o "discurso o dicho agudo, picante y mordaz, dirigido a este mismo fin". En general creo que se está abusando de uno u otro término hoy en día, olvidando estas dos definiciones y confundiendo.

La parodia es imitación burlesca, solamente eso. Puede hacerse para homenajear o celebrar el objeto de la imitación, mientras que la sátira tiene una intención clara de crítica o de burla. Una parodia puede emplearse en una sátira, mientras que en una parodia el tono satírico afecta más al tono final. Luego claro, se puede hacer sátira sin ninguna parodia. Por ejemplo, este vídeo sería sátira pero no contendría nada de parodia:

No cambian la canción, no sacan a nadie haciendo de dicha persona; pero desmontan su comportamiento de forma mordaz criticando su comportamiento. Por otro lado, la imitación burlona y cómica no tiene porque incluir crítica, simplemente ser gracioso per se:

Pero combinar ambas cosas es... complicado, más de lo que parece de hecho. No muchos lo logran con éxito, pero de las veces que mejor salen siempre quedarán las cosas que hacen desde Mìnoria Absoluta, sobre todo en el Polònia:

Critican claramente la corrupción y el comportamiento de dos políticos, pero de hecho lo hacen con dos parodias, dos imitaciones burlescas: por el lado de los personajes y por otro lado la canción. Evidentemente se puede imitar sin criticar aun haciendo gracia, llevando a la burla y comicidad elementos de algo que normalmente no son graciosos, sin ni siquiera criticarlos. Por otro lado, la sátira más agresiva puede malinterpretarse o ser un puro ataque sin más.

Es sobre todo esa capacidad de modular el discurso, lo que hace útil la parodia en la sátira. Al ponerse en el lugar de alguien, se puede concretar mucho, incluso personalizar, pero gracias a la parodia se deja claro que lo que se critica es la imagen percibida o más conocida de algo. Sin objetivo crítico, la parodia puede ser simplemente un guiño o un "cameo" en una obra, como dibujar de fondo en una viñeta un personaje volando con capa, mientras que la sátira se centraría en como ese personaje o un emulo de este es absurdo o ridículo, sirviendo para hablar de otras cosas.

A mí personalmente me gusta la sátira y la parodia, a veces hace falta incluso la más directa y sin compasión, sobre todo cuando es lo único que se tiene para atacar cosas terribles. ¡Pero hacerlo bien es muy difícil!

Muy pronto más cosas de parte de vuestro amigo y ciber vecino Mario.

2 comentarios:

  1. Yo siempre he considerado que me falta mala leche para la satira.

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  2. ¡Ya! Aunque en Deadpool y en la obra de Adam Warren hay mucha sátira de hecho. Gracias por pasarte Néstor.

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